sábado, 13 de noviembre de 2010

Sonrisa interna. Osho

Cuando estés sentado sin nada que hacer, relaja la mandíbula inferior y abre ligeramente la boca. Empieza a respirar desde la boca, pero sin profundidad. Deja que el cuerpo respire, de modo que la respiración sea superficial y se haga cada vez más superficial.
Y cuando sientas que la respiración es muy superficial y tengas la boca y la mandíbula sueltas, todo tu cuerpo se sentirá muy relajado. En ese momento, empieza a sentir una sonrisa: no en la cara, sino en todo tu ser interno.
No es una sonrisa que viene de los labios: es una sonrisa existencial que se extiende por dentro.
No hace falta sonreír con los labios del rostro, es como si sonrieras desde el vientre.
Y es una sonrisa, no una risa, de modo que es muy, muy suave, delicada, frágil, como una pequeña rosa que se abre en el vientre, permitiendo que su fragancia se extienda por todo el cuerpo.
Cuando conozcas qué es esta sonrisa, podrás sentirte feliz durante 24 horas. Y cuando sientas que estás perdiendo esa felicidad, cierra los ojos, y retoma otra vez esa sonrisa, que volverá a estar ahí. Durante el día puedes recuperar la sonrisa interna todas las veces que quieras.

Siempre está allí.

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