martes, 30 de abril de 2013

La Verdad. Osho

La verdad se consigue únicamente mediante la conciencia. 
No se trata de un proceso mental, es un fenómeno totalmente diferente. 
No debéis pensar la verdad, tenéis que parar todo pensamiento para conocer la verdad: debéis olvidar todo sobre la verdad, para conocer la verdad. 

Debéis desprenderos de la carga de todas las teorías, hipótesis, filosofías e ideologías que habéis aprendido. El proceso de alcanzar la ver­dad es un proceso de desaprendizaje, de desacondicionamiento. Poco a poco, uno ha de salir de la mente, escabullirse fuera de la mente, para convertirse en un estanque de conciencia, de pura conciencia. Simplemente una absoluta vigilancia: sin hacer nada, vigilando todo lo que sucede en los mundos exterior e interior. 
Cuando uno puede observar sin que el juicio interfiera, sin que irrumpan viejas ideas, entonces se revela la verdad. Y el milagro es que no procede de otra parte, no desciende desde las alturas; se encuentra en vuestro interior... es vuestra naturaleza intrínseca. Realmente es una gran revelación conocer la verdad, porque vosotros sois ella y nunca la habéis perdido, ni siquiera durante un solo momento. Siempre habéis sido ella. Es imposible perderla, porque es vuestra naturaleza y esta no se puede perder. Por eso la llamamos naturaleza. Lo que no se puede perder es la propia definición de naturaleza. Aquello que se puede perder no es naturaleza sino nutrición. La verdad es vuestra naturaleza, vuestro propio ser, vuestra existencia, vuestro centro.
Fuente: Día a Día. 365 Meditaciones para el Aquí y Ahora. Osho

Lama Tulku Lama Lobsang. Salud y Enfermedad

Lama Tulku Lama Lobsang, médico tibetano que viaja por todo el mundo impartiendo sus enseñanzas de medicina, psicología y ha ayudado a muchas personas en curarlas. 
Cuando un paciente viene a su consulta, ¿cómo descubre cuál es su enfermedad? 
-Mirando cómo se mueve, su postura, la forma de mirar. No hace falta que me hable ni me explique qué le pasa. Un doctor de medicina tibetana experimentado, solo con que el paciente se le acerque a unos 10 metros, puede saber qué dolencia sufre. 
Pero también escucha los pulsos. 
–Así obtengo la información que necesito de la salud del enfermo. Con la lectura del ritmo de los pulsos se pueden diagnosticar un 95% de las enfermedades, incluso psicológicas. La información que dan es rigurosa como la de un ordenador. Pero leerlos requiere mucha experiencia. 
Y después, ¿cómo cura? 
–Con las manos, la mirada, y preparados de plantas y minerales. 
Según la medicina tibetana, ¿cuál es el origen de las enfermedades? 
–Nuestra ignorancia. 
Pues perdone la mía, pero, ¿qué entiende usted por ignorancia? 
–No saber que no sabes. No ver con claridad. Cuando ves con claridad, no tienes que pensar. Cuando no ves claramente, pones en marcha el pensamiento. Y cuanto más pensamos, más ignorantes somos y más confusión creamos. 
¿Cómo puedo serlo menos? 
–Le daré un método muy simple: practicando la compasión. Es la manera más fácil de reducir tus pensamientos. Y el amor. Si quieres a una persona de verdad, es decir, si no la quieres solo para ti, aumenta tu compasión. 
¿Qué problemas ve en Occidente? 
–El miedo. El miedo es el asesino del corazón humano. 
¿Por qué? 
–Porque con miedo es imposible ser feliz, y hacer felices a los otros. 
¿Cómo afrontar el miedo? 
–Con aceptación. El miedo es resistencia a lo desconocido. 
Y como médico, ¿en qué parte del cuerpo ve más problemas? 
–En la columna, en la parte baja de la columna: os sentáis demasiado tiempo en la misma postura. Vitalmente, tenéis demasiada rigidez. 
Tenemos muchos problemas. 
–Creemos que tenemos muchos problemas, pero en realidad nuestro problema es que no los tenemos. 
¿Qué quiere decir? 
–Que nos hemos acostumbrado a un nivel de necesidades básicas cubiertas, de modo que cualquier pequeña contrariedad nos parece un problema. Entonces, activamos la mente y empezamos a darle vueltas y más vueltas sin solucionarlo. 
¿Alguna recomendación? 
–Si el problema tiene solución, ya no es un problema. Si no, tampoco. 
¿Y para el estrés? 
–Para evitarlo, lo mejor es estar loco. 
¿…? 
–Es una broma. No, no tan broma. Me refiero a ser o parecer normal por fuera, y por dentro estar loco: es la mejor manera de vivir. 
¿Qué relación tiene usted con su mente? 
–Soy una persona normal, o sea que a menudo pienso. Pero tengo entrenada la mente. Eso quiere decir que no sigo a mis pensamientos. Ellos vienen, pero no afectan ni a mi mente ni a mi corazón. 
Usted se ríe a menudo. 
–Cuando alguien ríe, nos abre su corazón. Si no abres tu corazón, es imposible tener sentido del humor. Cuando reímos, todo es claro. Es el lenguaje más poderoso: nos conecta a unos con otros directamente. 
También acaba de editar un CD de mantras con una base electrónica, para el público occidental. 
–La música, los mantras y la energía del cuerpo son lo mismo. Como la risa, la música es un gran canal para conectar con el otro. A través de ella, podemos abrirnos y transformarnos: así la usamos en nuestra tradición. 
¿Qué le gustaría ser de mayor? 
–Me gustaría estar preparado para la muerte. 
¿Y nada más? 
–El resto no importa. La muerte es lo más importante de la vida. Creo que ya estoy preparado. Pero antes de la muerte, debemos ocuparnos de la vida. Cada momento es único. Si damos sentido a nuestra vida, llegaremos a la muerte con paz interior. 
Aquí vivimos de espaldas a la muerte. 
–Mantenéis la muerte en secreto. Hasta que llegará un día de vuestra vida en que ya no será un secreto: no os podréis esconder. 
Y la vida, ¿qué sentido tiene? 
–La vida tiene sentido, y no. Depende de quién seas. Si realmente vives tu vida, entonces la vida tiene sentido. Todos tenemos vida, pero no todo el mundo la vive. Todos tenemos derecho a ser felices, pero tenemos que ejercer ese derecho. Si no, la vida no tiene sentido.
Entrevista realizada por: Gaspar Hernández.

sábado, 20 de abril de 2013

Dominando nuestro Ego

Intentemos conocer nuestro ego y determinar cuando nuestro ego influye y domina nuestra vida. Pregúntate: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo espiritual?. 
A medida que vayamos adquiriendo conciencia de nuestro ego, podremos librarnos del egocentrismo y entrar en la conciencia superior. 
Comenzá a llevar la cuenta de con cuánta frecuencia usas el pronombre “yo”. 
Al no centrarte en tu propia persona estarás superando el ego. 
Comenzá a considerar tu ego como una entidad que te acompaña y que tiene un propósito. Que es invisible y siempre está a tu lado. 
Él trata de convencerte que estás separado de Dios, de tu superioridad respecto de otros, y de que eres “especial”. 
El quiere que te sientas ultrajado cuando recibes un trato incorrecto, cuando te insultan, cuando no te acarician; ofendido cuando no sales con la tuya, herido cuando pierdes en una competición. 
Primero conoce a esta entidad. Luego percatate que está obrando en ti. Por último, libérate de ella. 
Escucha a los demás y no te centres en tí mismo. 
Durante las conversaciones, concéntrate en lo que la otra persona está diciendo y en lo que siente. 
Luego responde con una frase que empiece por “tú, usted”. 
Es una manera de contener el ego y permitir que participe el yo espiritual. 
Resistí el hábito de permitir que el ego domine tu vida. 
Cuanto más se resistas a permitir que tu ego sea quien controle tu vida, más pronto llenará el espacio que antes ocupaban las exigencias de tu falso yo. 
Practicá la meditación diaria o el acallar tu mente para deshacer la ilusión de que está separado del universo y que todas las almas son extensiones de la energía de Dios. 
Comenzarás a tratar a los demás como te agradaría que te tratasen a ti. 
Te sentirás conectado con todo y con todos. 
Trata de borrar de tu mente la palabra “especial”. 
Especial implica mejor que, o más importante que. Niega que Dios habita en cada uno de nosotros. 
Todos somos especiales a los ojos de Dios: por lo tanto, nadie necesita la etiqueta de “especial”. No hay favoritos. No se relega a nadie. 
Todos somos Uno. 
Escribí en un diario, describí en que te beneficia sentirte ofendido. Lo que te ofende es obra de tu ego. 
No pretendamos que el mundo debería ser como nosotros y no como en realidad es. 
Da más de ti mismo y pedí menos a cambio. 
Se quien acaricie. Se quien da cariño. 
Recuerda cada día que el más alto culto que puede rendírsele a Dios es servir a la humanidad, y que mediante ese acto su yo espiritual se sentirá realizado. 
Pon fin a la búsqueda externa de la libertad y conoce el sabor de la auténtica libertad que es la comunión con tu yo espiritual. 
La auténtica libertad no necesita nada para demostrar su existencia. Sólo siendo auténticamente libre podrás amar, porque no existe amor sin libertad. La falsa libertad exige que tenga a la mano algo que dé fe de su existencia. 
Autora: Patricia Canseco http://www.superandotecadadia.com.ar/

miércoles, 17 de abril de 2013

Manual de conservar caminos. Paulo Coelho

1. Al principio del camino hay una encrucijada. Allí puedes pararte a pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado tiempo, o nunca saldrás de ese lugar. Reflexiona lo necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el primer paso, olvídate definitivamente de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte con la inútil pregunta: “¿El camino que elegí era el correcto?”
2. El camino no dura para siempre. Es una bendición recorrerlo durante algún tiempo, pero un día terminará, y por eso debes estar siempre listo para despedirte en cualquier punto. No te aferres a nada. Ni a los momentos de euforia, ni a los interminables días en los que todo parece difícil, y el progreso es lento. Más tarde o más temprano llegará un ángel, y tu jornada habrá llegado a su término. No lo olvides.
3. Honra tu camino. Fue tu elección, fue decisión tuya, y en la misma medida en que tú respetas el suelo que pisas, este mismo suelo respetará tus pies. Haz siempre lo más adecuado para conservar y mantener tu camino, y él hará lo mismo por ti.
4. Equípate bien. Lleva un rastrillo, una pala, una navaja. Entiende que para las hojas secas las navajas son inútiles, y que para la hierbas muy enraizadas los rastrillos son inútiles. Conoce siempre qué herramienta hay que emplear en cada momento. Y cuida de ellas, porque son tus mayores aliadas.
5. El camino va hacia delante y hacia atrás. A veces es necesario volver porque se perdió algo, o porque un mensaje que debía haber sido entregado se quedó olvidado en un bolsillo. Un camino bien cuidado permite que puedas volver atrás sin grandes problemas.
6. Cuida del camino antes de cuidar de lo que está a su alrededor: atención y concentración son fundamentales. No dejes que las hojas secas del borde del camino te distraigan, ni que la manera como los otros cuidan sus propios caminos desvíe tu atención. Usa la energía para cuidar y conservar el suelo que recibe tus pasos.
7. Ten paciencia. A veces es necesario repetir las mismas tareas, como arrancar las malas hierbas o cubrir los agujeros que surgieron tras una lluvia inesperada. Que esto no te enfurezca, pues forma parte del viaje. A pesar del cansancio, y a pesar de las tareas repetitivas, ten paciencia.
8. Los caminos se cruzan: las personas pueden explicar el tiempo que hace. Escucha los consejos, pero toma después tus propias decisiones. Tú eres el único responsable del camino que te fue confiado.
9. La naturaleza sigue sus propias reglas: por lo tanto, tienes que estar preparado para los súbitos cambios del otoño, para el hielo resbaladizo del invierno, para las tentaciones de las flores en primavera, y para la sed y las lluvias del verano. En cada estación, aprovecha lo mejor que te ofrezca, y no te quejes de sus particularidades.
10. Haz de tu camino un espejo de ti mismo: no te dejes influir en absoluto por la manera como los demás cuidan de sus caminos. Tú tienes un alma que escuchar, y los pájaros transmitirán lo que tu alma quiere decir. Que tus historias sean bellas y agraden a todo lo que tienes en torno. Sobre todo, que las historias que cuente tu alma durante la jornada se reflejen en cada segundo del recorrido.
11. Ama tu camino: sin este principio, nada tiene sentido.

viernes, 12 de abril de 2013

Amor Incondicional por Jennifer Hoffman

¿Qué es el amor incondicional? Es el amor que se da sin esperar recibir nada a cambio, ni siquiera amor. Es el amor que reconoce, acepta y aprecia todas las cosas, incluso aquellas que no entiende. Es el amor que nos llama a hacer brillar nuestra luz, aun cuando nadie esté mirando. Es la forma en que debemos amarnos a nosotros mismos y el único tipo de amor que podemos compartir libremente con los demás. El amor incondicional es la fuerza más poderosa en el universo y no hay nada en él que sea débil ni impotente, porque es una energía, que no debe confundirse con la emoción del amor. La palabra ‘amor’ que utilizamos cuando describimos nuestras relaciones con aquellos a quienes quisiéramos o pensamos que deberíamos gustarles y deberían aceptarnos, es una energía de tercera dimensión, por lo que está sujeta a todos los matices, dudas y miedos que forman parte de nuestro mundo 3D. En el amor emocional podemos ser débiles y vulnerables, inseguros y confusos. ¿Acaso alguien nos ama, debemos amarlos, son ellos (o nosotros) dignos de amor? Las emociones tienen además su origen en el pasado – amamos según nuestro karma, ADN emocional, historia y dinámica del grupo álmico. El amor emocional es condicional y cuestionable; el amor incondicional no lo es.
El amor incondicional no tiene ninguna conexión con lo que sentimos por los demás. Porque es ‘amor’, lo confundimos con un sentimiento. Pero si lo consideramos semejante al aire que respiramos, se hace fácil de entender y de identificarnos con él. El aire está en todas partes, es esencial para la vida, es utilizado por todos, y está al alcance de todos. No juzga, condena, limita ni critica. Bendice y fomenta la vida, sin hacer preguntas. Podemos conectar con el aire o no, ésa es nuestra elección, así como los demás pueden conectar con nosotros o no, y nosotros con ellos, todo es elección. Pero cuando somos conscientes de estar en esta vibración, siempre atraemos los aspectos más elevados de la tercera dimensión porque estamos en este nivel de vibración.
Estamos en nuestra vibración más elevada al nivel del amor incondicional, y cuando retiramos la conexión emocional, estamos abiertos a dar y recibir esta energía. Con cada inhalación, recibimos amor incondicional, y con cada exhalación lo compartimos con el mundo. A medida que el amor pasa a través de nuestro campo vibratorio, nos bendice y nos eleva. Y cuando lo damos libremente a los demás, les permitimos compartir esta bendición. Cuando llevamos el amor incondicional a este nivel de simplicidad, se vuelve natural, y al ser conscientes de esta vibración también atraemos a nosotros todo el amor emocional que deseamos.
Copyright (C) 2004-2012 por Jennifer Hoffman y Enlightening Life OmniMedia, Inc.

lunes, 8 de abril de 2013

Ley Cósmica del Amor Universal

La ley cósmica del Amor Universal, regente de todas las leyes universales muestra que:
El AMOR construye, no destruye;
Otorga libertad, no la niega;
No somete ni se somete;
El AMOR no atesora, comparte;
No es posesivo egoísta ni autoritario;
Es impersonal, generoso y comprensivo;
El AMOR no es discriminatorio ni personalista, es universal e impersonal;
Se entrega sin esperar retribuciones o reconocimientos;
No perdona, porque nada lo ofende;
No exige porque nada pretende;
No raciocina porque es sentimiento divino, no es pensamiento calculado;
Nada codicia porque todo lo tiene;
No critica, porque comprende la divinidad del hombre y respeta su voluntad y libre albedrío;
No cela, porque se prolonga en todos los corazones;
Ama a todos y comparte sin sentido de pertenencia o posesión.
El AMOR es protegedor sin discriminar, porque para él todos son sus hijos, madres, padres, esposos, hermanos, amigos.
No tiene prelaciones y se extiende en perfección como sentimiento y Energía Divina que ES.
EL AMOR es DIOS, y por tanto es perfecto y absoluto.
Es silencio, por que es sabiduría;
Sus manifestaciones son sencillas y humildes, pero sinceras y puras.
Nada le perturba porque es incólume;
Nada lo acaba, porque es infinito;
A todos pertenece porque es universal y cósmico.

Cuando aprendas a considerar tu vida. W. Dyer

Cuando aprendas a considerar tu vida y cuanto hay en ella como el milagro que es, comprenderás enseguida que quejarse es desperdiciar el ...