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domingo, 7 de noviembre de 2010

Eres el único experto en ti mismo.

Vivimos en un mundo extremadamente extrovertido. Durante gran parte de la vida, nuestra atención se dirige hacia afuera: el trabajo, la pantalla de la televisión, periódicos, revistas, películas e imágenes, música, el ruido del tráfico, las voces de otras personas, sus exigencias... Nos bombardean con información: cosas para leer, cosas que hay que hacer, temas sobre los que hay que discutir. Nos resulta sorprendente que apenas tengamos tiempo para mirar hacia nuestros adentros y afrontar el misterio que yace en nuestra esencia y que nos acompaña cada día de nuestra vida: el misterio de qué y quiénes somos.
Durante gran parte de nuestra vida, particularmente en la niñez, otras personas han intentado decirnos quiénes éramos, y en ocasiones, estas voces pueden resultar conflictivas, pues acabamos creciendo con un número sorprendente de etiquetas que los demás han decidido colocarnos. Padres, profesores, amigos, parejas, colegas, políticos, ejecutivos, marketing, teólogos, ejecutivos bancarios, biólogos, físicos...
Todos han intentado decirnos si somos buenos o malos, listos o torpes, atractivos o del montón, de derecha o de izquierda, triunfadores o fracasados, sensibles o insensibles, ahorradores o despilfarradores, generosos o egoístas y un largo etcétera. Aunque está bien prestar atención a lo que los demás nos dicen, ya que somos seres sociales, la única persona que en realidad puede conocerte eres tú mismo.
Tú eres el único experto en ti mismo.

Frente a las presiones constantes de la vida moderna, apenas disponemos de tiempo para reflexionar, y mucho menos para experimentar lo que somos, lo que se esconde tras las actividades más superficiales que ocupan gran parte de nuestra atención. Por eso, la meditación es también un camino hacia el conocimiento de uno mismo. Para mucha gente, se trata de un proceso espiritual y psicológico. Aprendemos que existe algo más que nuestro yo material, algo más que un cerebro y un cuerpo físico.

Meditación semana a semana. David Fontana

viernes, 8 de octubre de 2010

¿Qué es la meditación?

La meditación es la experiencia directa de nuestra propia mente. Durante gran parte de nuestra vida experimentamos una serie de pensamientos, emociones y sensaciones que llenan nuestra mente, un fluir de distracciones en constante cambio. Con la práctica de la meditación, lo que hacemos es tomar distancia de este flujo de pensamientos, en lugar de identificarnos con él. Nos convertimos en un observador en lugar de un participante. Y a medida que avanzamos en la práctica, el flujo se convierte en un goteo, que a veces incluso cesa -aunque sólo sea por unos instantes- y nos permite reconocer que la mente aún sigue ahí, aunque los pensamientos no estén. En lugar de distracciones, existe una conciencia clara, tranquila, una sensación de ser en lugar de hacer, de tranquilidad en lugar de confusión.
Quizás la meditación nos suene a entrar en un ligero trance, pero es todo lo contrario: es un estado de alerta serena. Al ser un ejercicio que nos ayuda a liberar la mente de preocupaciones excesivas, nos permite ser más concientes de los demás y más capaces de relacionarnos con ellos de forma afectuosa y compasiva. Al facilitar el desarrollo de la capacidad de concentración, la meditación nos permite afrontar los desafíos de la vida con mayor claridad y ecuanimidad.

Fuente: Meditación semana a semana. David Fontana

Cuando aprendas a considerar tu vida. W. Dyer

Cuando aprendas a considerar tu vida y cuanto hay en ella como el milagro que es, comprenderás enseguida que quejarse es desperdiciar el ...