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sábado, 23 de abril de 2011

El Amor. Khalil Gibran

Dijo Almitra: Háblanos del amor.
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud y un silencio cayó sobre todos, y con fuerte voz dijo: Cuando el amor os llame, seguidle, aunque sus caminos sean agrestes y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, dejadle, aunque la espada oculta en su plumaje pueda heriros.
Y cuando os hable, creed en él, aunque su voz pueda destrozar vuestros sueños. Como el viento devasta vuestros jardines. Porque así como el amor os corona, así os crucifica. Así como os agranda, también os poda.
Así como asciende a lo más alto, acariciando vuestras más tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así bajará hasta vuestras raíces y las sacudirá en un abrazo con la tierra.
Os desgarra para desnudaros. Os cierne, para poder libraros de vuestras coberturas. Os pulveriza para volveros blancos. Os amasa, hasta volveros flexibles y dóciles.
Y os asigna luego a su fuego sagrado para que podáis convertiros en sagrado pan para la fiesta sagrada de Dios.
Todo esto hará el amor en vosotros, para que podáis conocer los secretos de vuestro corazón y convertiros, por ese conocimiento, en un pedazo del corazón de la vida.
Si es vuestro miedo lo que os lleva a buscar solamente la paz y el placer del amor, entonces mejor cubrir vuestra desnudez y alejáos de sus umbrales hacia un mundo sin primavera en el cual reiréis, pero no con toda vuestra risa y lloraréis, pero no con todas vuestras lágrimas.
El amor no da nada más que a sí mismo, no toma nada más que de sí mismo. No posee ni es poseído. Porque el amor es suficiente para el amor.
Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón", sino "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podréis dirigir el curso del amor, porque el amor, si os halla dignos, dirigirá vuestro curso.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su plenitud. Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean así: De diluiros en el amor y ser como un arroyo que canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor por sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor; y de sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar gracias por otra jornada de amor.
De volver a casa al crepúsculo con gratitud, y luego dormirse con una plegaria en el corazón por el bienamado, y con una canción de alabanza en los labios..... 
Fuente: El Profeta. Khalil Gibran

jueves, 16 de diciembre de 2010

Sobre los hijos - Khalil Gibran

Y una mujer que sostenía un bebé contra su pecho dijo, Háblanos de los Hijos. Y él contestó:
Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Ellos son los hijos y las hijas de la Vida que trata de llenarse a si misma.
Ellos vienen a través de vosotros pero no de vosotros.
Y aunque ellos están con vosotros no os pertenecen.
Les podeís dar vuestro amor, pero no vuestros pensamientos.
Porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Podeís dar habitáculo a sus cuerpos pero no a sus almas,
Pues sus almas habitan en la casa del mañana, la cual no se puede visitar, ni tan siquiera en los sueños.
Podeís anhelar ser como ellos, pero no lucheís para hacerlos como sois vosotros.
Porque la vida no marcha hacia atrás y no se mueve con el ayer.
Vosotros sois los arcos con los que vuestros hijos, como flechas vivientes son lanzados a la Vida.
El Gran Arquero ve la diana en el camino del infinito, y la dobla con su poder y sus flechas pueden ir rápidas y lejos.
Haced que la forma en que dobleís el arco en vuestra manos sea para alegría.
Él también, además de amar la flecha que vuela, ama el arco que es estable.

Fuente: El Profeta. K. Gibran

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Una mirada al futuro. Khalil Gibran

Desde atrás del muro del Presente oí los himnos de la humanidad. Oí el sonido de las campanas que anunciaban el comienzo de la plegaria en el templo de la Belleza. Campanas moldeadas con el metal de la emoción y suspendidas sobre el altar sagrado, el corazón humano.
Desde atrás del Futuro vi multitudes que cumplían con su culto en el seno de la Naturaleza, sus rostros vueltos al Oriente, esperando la inundación de la luz de la mañana, la mañana de la Verdad.
Vi la ciudad en ruinas y que nada quedaba para hablar al hombre de la derrota de la Ignorancia y del tiempo de la Luz.
Vi a los ancianos sentados a la sombra de los cipreses y de los sauces, rodeados por jóvenes que oían sus narraciones de otros tiempos.
Vi a los jóvenes rasgueando sus guitarras y tocando sus caramillos, y a las doncellas bailando bajo los jazmines, con las trenzas al viento.
Vi a los hombres cosechando trigo y a sus esposa reuniendo las gavillas y cantando alegres canciones.
Vi a una mujer que se adornaba con una corona de lilas. Vi que la amistad entre el hombre y todas las criaturas se estrechaba, y familias de pájaros y mariposas, confiadas y seguras, que volaban hacia los arroyos.
Vi que no había pobreza; tampoco encontré exceso. Vi que la fraternidad y la igualdad reinaban entre los hombres.
Vi que no había médicos, porque cada uno tenía los medios y el conocimiento para curarse a sí mismo.
Encontré que no había sacerdotes, porque la conciencia había llegado a ser el Supremo Sacerdote. Tampoco vi abogados, porque la Naturaleza había tomado el lugar de los tribunales y regían tratados de amistad y unión.
Vi que el hombre sabía que él es la piedra fundamental de la creación y que se ha elevado por encima de la pequeñez y bajeza y ha arrancado el velo de la confusión de los ojos del alma. Este alma ahora lee lo que las nubes escriben en el cielo y lo que la brisa dibuja sobre la superficie del agua; ahora entiende el significado del perfume de las flores y las modulaciones del ruiseñor.
Fuente: Pensamientos y meditaciones. Khalil Gibran

martes, 26 de octubre de 2010

La Amistad. Khalil Gibran

Un joven dijo: Háblanos de la Amistad.
Y él respondió:
Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades.
El es el campo que plantáis con amor y cosecháis con agradecimiento.
-Y él es vuestra mesa y vuestro hogar.
Porque vosotros, vais hacia él con vuestro hambre y lo buscáis con sed de paz.
Cuando vuestro amigo os hable francamente, no temáis vuestro propio "no", ni detengáis el "sí".
Y cuando él esté callado, que no cese vuestro corazón de oír su corazón;
Porque, sin palabras, en amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten en espontánea alegría.
Cuando os separéis de un amigo, no sufráis;
Porque lo que más amáis en él se aclarará en su ausencia, como la montaña es más clara desde el llano para el montañés.
Y no permitáis más propósito en la amistad que el ahondamiento del espíritu.
Porque el amor que no busca más que la aclaración de su propio misterio, no es amor sino una red lanzada; y solamente lo inútil es cogido.
Y haced que lo mejor de vosotros sea para vuestro amigo. Si él ha de conocer el menguante de vuestra marea, que conozca también su creciente.
Porque ¿qué amigo es el que buscaréis para matar las horas?
Buscadlo siempre para vivir las horas.
Porque él está para llenar vuestra necesidad, no vuestro vacío.
Y en la dulzura de la amistad, dejad que haya risas y placeres compartidos.
Porque en el rocío de las cosas pequeñas el corazón encuentra su mañana y se refresca.
Fuente: El profeta - Khalil Gibran

Cuando aprendas a considerar tu vida. W. Dyer

Cuando aprendas a considerar tu vida y cuanto hay en ella como el milagro que es, comprenderás enseguida que quejarse es desperdiciar el ...