"Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos inconmensurablemente poderosos.
Lo que nos asusta es nuestra luz, no nuestra oscuridad.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, encantador, talentoso y fabuloso?
En realidad, ¿quién eres para no serlo?
Eres un hijo de Dios.
Jugar a ser insignificante no le sirve al mundo.
No hay nada inspirador en encogerse para que los demás no se sientan inseguros a tu alrededor.
Hemos nacido para dejar de manifiesto la gloria de Dios que hay dentro de nosotros. Que no está sólo en algunos, sino en cada uno de nosotros.
Y, al dejar que nuestra propia luz brille, inconscientemente, les damos permiso a otros para que hagan lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia, automáticamente, libera a otros."
Muy bueno tu aporte!!! El miedo paraliza, y nos lleva a la justificación de la supuesta culpa que creemos merecer..!!
ResponderEliminarLuz!!
Te invito a pasar por mi blog: arteymente.blogspot.com
Cariños
He pasado por ello. Lamentablemente pudo mas el miedo a la ingente responsabilidad de sentirme soberano de mis emociones y por tanto de mis actos.
ResponderEliminarGracias por el aporte, me da ánimos para volver a aceptar con plenitud mi esencia.