El crecimiento significa que estáis absorbiendo algo nuevo cada día, y esa absorción solo es posible si estáis abiertos. Ahora vuestras ventanas se encuentran abiertas y también las puertas: a veces entra la lluvia y el viento, el sol, y la vida se mueve dentro de vosotros. Sentiréis algunas perturbaciones: vuestro periódico empezará a moverse al viento, los papeles en la mesa se agitarán, y si la lluvia empieza entrar, se os puede mojar la ropa. Si siempre habéis vivido en una habitación cerrada, os preguntaréis qué está pasando.
Está pasando algo hermoso. Es bueno estar disponible para el viento para la lluvia, para el sol, porque eso es la vida. De modo que en lugar de preocupados por ello, ¡bailad! Bailad cuando llegue la tormenta, porque la seguirá el silencio. Bailad cuando lleguen desafíos y perturben vuestra vida, porque al responder a esos desafíos estaréis creciendo a alturas nuevas. Recordad, incluso el sufrimiento es una gracia. Si se toma de forma correcta, se convierte en un escalón. La gente que nunca ha sufrido y ha llevado una vida conveniente y cómoda, es gente casi muerta. Su vida no será como una espada afilada... estará roma. Ni siquiera será capaz de cortar verdura. La inteligencia se afila cuando se enfrenta a desafíos. Rezadle cada día a Dios: «Envíame más desafíos mañana, envíame más tormentas...». Y entonces conoceréis la vida en su punto óptimo.
Bailad cuando lleguen desafíos y perturben vuestra vida, porque al responder a esos desafíos estaréis creciendo a alturas nuevas...
ResponderEliminarSoy parapléjica, pero bailaré con el corazón, le salen alas y piernas cada vez que leo tus artículos :-) Un abrazo de luz. Namasté.
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