Usted tiene la capacidad para encontrar su parte invisible, usar su mente a su antojo y reconocer aquello que conforma su naturaleza humana. Su dimensión humana no se refiere a una forma o un cuerpo, sino a alguno mucho más trascendental, guiado por unas fuerzas del universo que están siempre en funcionamiento.
Toda creación humana comienza con un pensamiento, una visión, una imagen mental. Su capacidad de pensar no tiene límites. Crea que usted es un alma acompañada de un cuerpo en vez de un cuerpo dotado de un alma. Usted creará para sí una vida sin limitaciones. Empezará a ver milagros desde que cree en ellos y confía en que se hagan realidad. Usted mismo se convertirá en un hacedor de milagros.
He llegado a saber que existe una inteligencia invisible, intocable, imperceptible y sin embargo muy real, detrás de, o apoyando, toda forma. A esta inteligencia se le ha designado con muchos nombres. Algunos la llaman Dios, otros fuerzas de la vida, conciencia superior, espíritu divino. El nombre no importa; su existencia, por el contrario, sí.
Mis circunstancias no me hacen ser el que soy, sino que tan sólo revelan lo que he elegido ser. Cuanto más tranquila está mi mente, más percibo el lazo de unión que existe entre mis pensamientos y mi modo de sentir y menos tiendo a ser crítico y negativo.
Cuando usted juzga a una persona, no la está definiendo a ella sino a usted mismo. El juicio crítico no dice nada sobre la persona juzgada; sólo expresa que usted necesita juzgarlo de la manera en que lo está haciendo. Por tanto, está hablando más de usted mismo que del otro y puede significar que se está identificando de alguna manera con la persona juzgada. Lo que más nos molesta de los demás es algo que con frecuencia nos negamos a admitir en nosotros mismos, o incluso algo de lo cual pedimos más.
Nuestro futuro está constituido por los pensamientos que tenemos con mayor regularidad. Nos convertimos literalmente en lo que pensamos y contamos con el don de poder escribir nuestra propia historia. No hay un camino hacia la felicidad, la felicidad es el camino.
En un universo en que el tiempo no existe, usted puede encontrarse con cualquier cosa que desee. La oportunidad de hacer que el pensamiento se convierta en realidad física depende de usted. La realidad física ya está aquí y su trabajo como visualizador consiste en aprender a llevar el mundo abstracto del pensamiento al mundo físico de la forma.
Cada cosa es energía. Nada es sólido. Todo oscila en su propio nivel de realidad. La energía es la sustancia del universo y los pensamientos son parte de esa sustancia. Cuando usted piensa en algo que le gustaría que le sucediera, la clave consiste en sintonizar la dos frecuencias para que todo se convierta en realidad.
Aquello en lo que usted concentre sus pensamientos se expande; aquello en lo que suele pensar más acabará siendo lo que usted elija para ampliar. Todos actuamos según las pautas de nuestros pensamientos y los mismos se convierten en nuestra experiencia diaria.
Nuestra capacidad para disfrutar de la vida procede de nuestra manera de procesarla, y no de la influencia de factores externos. Nada exterior tiene la capacidad de crear felicidad o plenitud en nosotros. Lo que determina la calidad de nuestra vida es nuestra decisión de sentirnos satisfechos o no, basada en nuestra forma de pensar, de vernos y de situarnos en el universo. Por consiguiente, si usted necesita mucho más para sentirse completo, entonces aunque reciba mucho más, siempre se sentirá insatisfecho.
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