Para reflexionar y estar bien despiertos a las señales del Universo!
Estaba un hombre en mitad del océano en una balsa. En medio del tremendo oleaje marítimo la balsa se hundió y el hombre quedó a la deriva. No tenía salida:
comenzó a rezar y a pedir al Altísimo que le sacara de ésa. En su corazón recibió una respuesta: la seguridad de que Dios le rescataría.
Pasó por su lado un barco pesquero que le invitó a subir, pero el hombre replicó:
-No, yo confío en Dios, y sé que Él me salvará.
El hombre no subió, pero al rato pasó por su lado un helicóptero de vigilancia marítima, que le invitó a subir por las escaleras de salvamento.
-No, yo confío en mi Dios, y sé que Él será mi salvador.
Pasaron las horas, los días, y nunca más se supo de aquel hombre.
Cuando éste llegó a la antesala del cielo se encontró con Dios y le preguntó contrariado:
-Señor, yo confiaba en tí, en que tú me salvarías.
-Te dí una balsa y la hundiste, te mandé un barco pesquero a tu ayuda y lo rechazaste, y te mandé un helicóptero de salvamento y no subiste. ¿Qué esperabas?
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