"Todos los días, al menos durante una hora, siéntate silenciosamente en algún lugar donde nadie te moleste. Relaja los músculos del cuerpo, y con los ojos cerrados dile a la mente: "¡Adelante! Haz lo que quieras hacer. Yo seré testigo y te observaré". Te sorprenderá: verás que durante unos momentos la mente no está trabajando para nada. A veces, sólo unos segundos, verás que la mente no está trabajando y en ese hueco tendrás una percepción de la realidad tal y como es, sin tu imaginación que siempre está funcionando. Sin embargo, sólo será un momento muy pequeño, y después la mente volverá a trabajar. Comenzarán a fluir pensamientos y flotarán imágenes.
No te darás cuenta de inmediato. Sólo después, cuando hayan pasado algunos minutos, verás que la mente está trabajando de nuevo y que habrás perdido el camino. Entonces llama otra vez su atención y dile: "Haz lo que quieras y yo sólo seré un testigo", y otra vez se detendrá durante un segundo.
No te darás cuenta de inmediato. Sólo después, cuando hayan pasado algunos minutos, verás que la mente está trabajando de nuevo y que habrás perdido el camino. Entonces llama otra vez su atención y dile: "Haz lo que quieras y yo sólo seré un testigo", y otra vez se detendrá durante un segundo.
Esos segundos son tremendamente valiosos. Son los primeros momentos de realidad, los primeros vislumbres, las primeras ventanas. Son muy pequeños, tan sólo pequeños huecos que vienen y van, pero en esos momentos tendrás una probadita de la realidad.
Lentamente, poco a poco, esos intervalos serán cada vez más grandes. Aparecerán sólo cuando estés realmente muy alerta.
Cuando estás muy alerta la mente no funciona, pues la atención mismo funciona como una luz en un cuarto oscuro. Cuando hay luz, no hay oscuridad. Cuando tú estás presente, la mente está ausente; tu presencia es la ausencia de la mente."
Lentamente, poco a poco, esos intervalos serán cada vez más grandes. Aparecerán sólo cuando estés realmente muy alerta.
Cuando estás muy alerta la mente no funciona, pues la atención mismo funciona como una luz en un cuarto oscuro. Cuando hay luz, no hay oscuridad. Cuando tú estás presente, la mente está ausente; tu presencia es la ausencia de la mente."
Fuente: Tónico para el Alma - Osho
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